En desarrollo desde 2017, este trabajo se asienta en el conocimiento del terreno al nivel más directo. Y si contemplásemos lo que ocurre en los claros del bosque y dentro de las marañas de zarzas. Terrejar es un intento de salir de todo camino ya recorrido, tanto los senderos en la montaña, como líneas de práctica pictórica anteriores. De este modo, se adapta la acuarela al terreno, pintando a ras de suelo. Adaptándola a los cambios de luces y temperaturas, al cambio de humedad y de vegetación a lo largo del año.
